Volvamos a la Comida Casera
Que mágico sabor tiene la comida cuando se hace con amor!
Hablar de alimentación en este mundo es animarse a abordar una aventura sobre un terreno pantanoso. Pero nadie discute que la comida casera siempre sabe más rica.
Dicen que en la mesa no se habla de fútbol, ni de política ni de religión, yo agregaría la alimentación.
Existen tantas teorías, tantos gurúes y tantos intereses que siempre va a haber alguien que se sienta atacado o juzgado. Sin embargo, la intención de este artículo no es más que compartir una forma de alimentación que me ha sido efectiva desde la exploración y siempre en esta búsqueda de volver a lo simple, lo natural y soltando aquello que nos hace daño. El objetivo: recuperar la vitalidad para acercanos a una vida más plena y feliz.
Adentrándonos ya en el tema de la alimentación, voy a comenzar por una afirmación que no es novedad: es extremadamente difícil cambiar los hábitos alimenticios.
Primero que el entorno influye directamente en lo que comemos. Entonces si vivimos con un grupo acostumbrado a un determinado tipo de alimentación, modificar un hábito implica o bien sumar a ellos en el desafío, o bien convivir con lo que se quiere modificar frente a nosotros “tentándonos”. Si encima usted es el cocinero/a de la casa, va a ser juzgado por servir algo que no hay interés de comer.
Dentro de este panorama, lo que queda es hacer lo mejor posible con las herramientas que se tengan al alcance. Comenzar de a poco sin ponernos grandes metas, cambiar pequeños detalles al alcance de nuestras manos.
Por eso este artículo no viene a dar una dieta, sino más bien consejos que puedan ser utilizados por todos para hacer ciertos reemplazos saludables que nos permitan recuperar vitalidad.
Hablando sobre lo casero, he aquí dos útiles consejos:
- Proponernos eliminar químicos y conservantes:
“El supermercado nos vende la enfermedad y la farmacia nos vende la cura”. En realidad, nunca es la cura, sino más bien es el paleativo. Si nos vendiese la cura, no sería negocio para ellos. El negocio de las farmacéuticas es mantenernos enfermos. Es la diferencia entre cortar un árbol o ir podando las ramas. Es triste verlo de esta manera, pero para la industria de la salud, un consumidor sano no es consumidor.
Mientras que nos mantengamos consumiendo alimentos con químicos y conservantes, vamos a ir a buscar luego más químicos a la farmacia. Liberarnos de unos es liberarnos del otro.
¿Cómo hacer esto? Moviéndonos a un consumo más conciente, buscando lo casero, lo fresco. Salirnos de lo envasado.
Uno cree que esto es difícil, pero es más fácil de lo que parece. En este blog iré compartiendo recetas simples, saludables y baratas! Hay que volver a la simpleza de la alimentación: cereales, legumbres, hortalizas, frutas y verduras. Todos ellos son baratos y naturales. Existe una infinidad de combinaciones para hacer! Además, siempre es mejor comer de estación, ya que la sabia naturaleza nos da lo necesario para la época en la que estamos (por ejemplo, cítricos con gran contenido de vitamina C en el invierno).
Eliminar las cosas envasadas e irnos saliendo del supermercado gradualmente nos permite sentirnos mejor, y sentirnos mejor nos permite disfrutar más de la vida. Disfrutando nos volvemos felices. - Volver a la comida casera:
Lo primero que se piensa cuando se habla de cocinar es: “no tengo tiempo!“. Sin embargo si hay tiempo para un montón de otras cosas que consideramos importantes. Estamos cargados de actividades, de tareas, de cosas que hacer. No contamos con tiempo libre y una de las cosas más importantes de nuestra vida, la ponemos al final de nuestras prioridades.
La sociedad nos sigue vendiendo más y más cosas, trayéndonos más y más necesidades. Luego nos vende las soluciones de comida inmediatas. La palabra clave es “venta”. Seguimos pagando cosas que no necesitamos, para luego enfermar y volver a pagar curas que no son curas.
Es preferible vivir sano y con menos, que tener más y no disponer de una salud. Y la salud no tiene que ver únicamente con lo físico o lo que nos diga el médico. El bienestar y la felicidad son sinónimos de salud, porque hoy ya esta comprobado que el strees y las amarguras son responsables de un sinfín de enfermedades.
Volver a la comida casera es volver a la cocina. Es permitirnos un momento para gratificarnos, para jugar, para bajar revoluciones. Es disfrutar! Y como ya estamos aprendiendo, disfrutar es una puerta de entrada a la felicidad.
Es imperioso hacernos un tiempo para cocinarnos, para regalarnos un plato de rica comida que no solo nosotros, sino nuestro entorno lo va a agradecer y también se va a beneficiar. Potenciar la salud del entorno es potenciar el nuestro, ya que todo se contagia.